El 25 de julio de 2013 sobre las 8:30 am, un operador de una sucursal de Ladbrokes en Londres, Reino Unido, fallecía tras ser atacado por un ladrón. El hombre, llamado Andrew Iacovou recibió varios impactos en la cabeza con un martillo, los cuales resultaron fatales.
Tras las investigaciones policiales se estableció como principal sospechoso y, posteriormente, único acusado, a Shafique Aarij. Aarij está acusado de asesinato al propinarle al empleado más de 10 golpes en la cabeza con un martillo, aunque el presunto asesino de Iacovou siempre ha negado el crimen.
Las pruebas visuales y los testimonios en el juicio fueron evidentes contra Aarij, quien se llevó únicamente un botín de 396 libras de la caja, parte del cual mandó a su país de origen, Pakistán.
En las últimas fechas han acudido a declarar los compañeros de trabajo de Andrew Iacovou, quienes afirmaron reconocer a Aarij como uno de los principales clientes de la sala de Ladbrokes situada en Aberconway Road. Según la propia declaración de uno de sus compañeros, el presunto asesino de Iacovou era un jugador habitual que llegaba a gastarse más de 100 libras cada vez que apostaba en cricket o carreras de caballos.
Las declaraciones de los compañeros de Iacovou han sido claves durante el transcurso del juicio, permitiendo establecer un perfil más claro del comportamiento del homicida. La actuación de Aarij se caracterizó por su rapidez, virulencia y gratuidad. Las pruebas forenses que se realizaron en su momento establecieron que “la gravedad de las heridas eran inequívocamente severas e incluso el primer martillazo tuvo la suficiente fuerza para provocar la muerte“.
Parece que finalmente se ve la luz del túnel en uno de los episodios más negros para Ladbrokes en los últimos tiempos, un suceso que ha sido el detonante para la aparición de numerosos rumores sobre los supuestamente turbios secretos en ciertos sectores del mundo de las apuestas.
