Según informaciones presentadas recientemente en el III Congreso Internacional de Patología Dual, que se está llevando a cabo en Barcelona, aproximadamente 470 mil personas sufren de adicción al juego dentro del territorio español.
Dada la facilidad que tiene su acceso, las máquinas tragamonedas constituyen uno de los tipos de juego que más problemas genera en este sentido. A propósito, médicos especialistas aseguran que el perfil más vulnerable coincide con las personas impulsivas, una de las principales características cuando se trata de una adicción.
También está claro que las adicciones en muchos casos pueden conformar una cadena. Por ejemplo, es lógico que un alcohólico o un drogadicto sean más propensos a sumar otra adicción como la del juego. Estas circunstancias habitualmente interfieren negativamente en la vida cotidiana, y es justamente allí cuando la situación se torna de gravedad.
Las cifras correspondientes a España están en la misma línea que las de otros países de Europa. Y después de las tragamonedas, más habitual en los hombres, aparece el bingo, mayoritariamente relacionado con las mujeres. Finalmente, los jugadores jóvenes generalmente prefieren las apuestas deportivas y el póker, ambas actividades a través de Internet.
Este escenario no debe perderse de vista ni -mucho menos- ignorarse. Por eso es tan importante que las casas de apuestas y los casinos pregonen la responsabilidad y la seriedad ante todo: el juego no debe ser más que un pasatiempo, un entretenimiento para distraerse por un rato y luego seguir con la vida cotidiana.
Quienes caen en esta adicción deben saber que existen profesionales especialistas para tratarla y que salir de ella es posible. Algunas casas de apuestas como Paf, por ejemplo, de hecho han puesto en práctica una especie de radar para detectar la adicción en sus usuarios, apercibirlos y, en caso de no notar mejorías, proporcionarles 10 sesiones con un experto en la materia.
