Las apuestas más convencionales son las que tratan el mercado de ganador del partido, que suele venir representado en formato 1, x o 2 siendo el 1 la victoria del equipo local, la x el empate y el 2 la victoria del equipo visitante.
Cada uno de esos resultados vienen acompañados de una cuota, que es el premio que se pagará por cada euro apostado en caso de acertar. Por ejemplo, si una apuesta como la victoria del Barcelona sobre el Atlético de Madrid está con una cuota de 1.90, un jugador que apueste 1€ a ese signo obtendrá 1.90€ si es que se da el resultado.
Esa cuota es inversamente proporcional a la probabilidad de acertar. Esto quiere decir que cuanto más difícil es acertar un suceso más alta será la cuota, esto es algo lógico puesto que no existe la misma probabilidad de que el Real Madrid gane al Albacete que a la inversa, con lo que las cuotas obviamente serán distintas.